AZUL TARDÍO.- OTOÑAL Publicado en12/10/2014 Un amanecer azul tardío con nubes de tormenta veloces y un viento sur que hace un rato,con la oscuridad y la salida de los cazadores, ululaba entre las hayas y los robles quecierran la vista hacia el sudoeste sobre las casas y traía un intenso olor a humus, ahojarasca, a humo de leña, al último corte de hierbas. Inquietud del viaje, de la escrituraque también lo es, por mucho que sea a parado. Un otoño que corre más de lo quecrees, un matiz detrás de otro, a días imperceptibles. La lluvia que deja al descubierto lossecretos de la tierra, aquello que las raíces tienen en sus garras. Tesoros. Olvidos.Tiempo. La caída de las hojas va dejando a la vista senderos que no veías. Los sigues.Estás en ellos. Son una red. Van, vienen, se cruzan, se pierden. Un jabalí en la espesura.Huido de las batidas de ayer… y unos instantes después empieza el baile de las luces,cambiantes y sale a relucir la paleta de Claudio de Lorena y con ella las lecturas otoñalesde hace más de treinta años: Cunqueiro y Castroviejo y Claude Roy en dus diarios. MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ
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