Hay que decirlo una vez más, nunca se insistirá bastante:
el arte nace de las contradicciones.
Y la moral de la escritura se resume finalmente en una máxima de lo más elemental,
tan elemental que resulta casi embarazoso formularla:
escribe de tal manera que quien te lea vea en ti a un hombre honesto.
Nada más. Sólo eso. Pero ¿acaso no es así como se escribe desde el principio del mundo?
La literatura y el arte se apoyan más en su gloriosa tradición que en el razonamiento.
Witold Gombrowicz
TESTAMENTO
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