martes, 27 de abril de 2010

UN ALA




A fuerza de soñar con ello, Tomás tuvo un ala;
un ala le creció debajo del omoplato izquierdo.
Tomás, como un pájaro, corrió a la canalera del tejado de su casa,
aspiró con fuerza todo el espacio que le rodeaba y se lanzó al vacío
abriendo por completo esta ala milagrosa.
Y se estrelló contra el suelo, por no tener dos alas.
¡Qué importa! Tuvo un ala y eso ya es algo.
(autor desconocido)

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