Y ahora, señoras y señores, en gran primicia mundial, sin jaula,
con su pechera multicolor y toda su cabellera al viento,
os presentamos:
¡LA FELICIDAD! (Música y tambores)
Apareció. Era verdad. Era la felicidad! Y de qué tamaño!
Como todavía no estaba domesticada,
se lanzó hacia el público rugiendo
y devoró a la mayor parte de los espectadores.
(autor desconocido)
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