La cera en los oídos, esa era, en otro tiempo, casi la condición previa para el hecho de filosofar:
un auténtico filósofo no tenía ya oido para la vida, en tanto que la vida es música, negaba la
música de la vida-y es una muy vieja superstición de filósofo el considerar toda música como
música de sirenas.
El gay saber
NIETZSCHE
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