viernes, 6 de febrero de 2015

ENTONCES




ENTONCES
 
Antes, mucho antes
en el tiempo del que te estoy hablando
cuando era chica
cuando mi madre era chica
mi abuela
cuando la guerra
cuando la Depresión la Ley Seca 
cuando el rito mozárabe bate en ordalía doble
la cátara herejía
cuando llegaron a América
cuando Erik 
cuando la Tetralogía
cuando se estrena Traviata en el Colón, a sólo cinco años 
del estreno en París
aproximadamente cuando 
abrió Cartier y el país salía 
recién de la mazorca 
(¿ves...          
que nada es garantía?)
Cuando todo así de aproximado, erróneo
equivocado, evocado
como las citas de Curtius durante la guerra o Borges
en su memoriosa ceguera o Paz 
y tantos otros en lo ciego
                    de su apurada ambición
 
 
o cuando
los egipcios o cuando
construyeron las pirámides
los aztecas
solían
cuando
la Capilla Sixtina o el metro 
de Moscú
solían
cuando
el califa Omar o los soldados de César 
destruyeron
la biblioteca de Alejandría
o Nerón Roma
o Dios
la Torre de Babel
o la hierba
el caballo de Atila  
                                    (¿dónde quedó, María, 
tan ardua, la flecha suspendida 
como el aliento en la boca 
del padre de Tristán? Siempre duele la espera,
¿no? Hasta esperar el final de una frase, un argumento, duele,
¿no?)
cuando 
cada cual lo suyo
destruyó y hubo
destruido
o armado o hecho o fraguado o erigido
 
o cuando el detective va y encuentra el cuerpo y
o cuando el marido va y la ve y ve que el chico
o cuando la amiga se da cuenta y 
 
Entonces
 
cuando cae
cuando la noche
cuando viene
todo lo que viene
después
todo lo que por lo general sucede en presente
histórico o no necesariamente  
después de algo
sólo aparentemente conclusivo
que sin embargo se abre.

MERCEDES ROFFÉ

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