lunes, 27 de julio de 2015

CONVERSACIONES CON MARCEL DUCHAMP




……Cuando echa la mirada atrás, a su vida entera, ¿cuál es su principal motivo de satisfacción?

Lo primero, la suerte que he tenido. Porque en el fondo, nunca he trabajado para vivir.Soy de la
opinión de que trabajar para vivir es, en cierto modo, una estupidez desde el punto de vista eco-
nómico.Tengo la esperanza de que algún día se consiga vivir sin tener la obligación de trabajar.
Gracias a la suerte que tuve, pude librarme. Llegó un momento en que caí en la cuenta de que no
había que crearse en la vida estorbos que fueran una carga, ni demasiadas cosas que hacer, ni eso que se llama mujer, hijos, una casa en el campo, un coche. Y, afortunadamente, tardé muy poco en darme
cuenta.Con lo cual pude llevar largo tiempo una vida de soltero mucho más fácil que si hubiese tenido
que hacer frente a todas las dificultades habituales de la existencia. En el fondo, eso es lo principal.
Así que me considero muy afortunado. Nunca me han sucedido desgracias de consideración, ni he 
pasado ni por penas ni por neurastenias.Tampoco he sabido lo que era el esfuerzo de producir, porque
la pintura nunca fue para mí un escape, ni una necesidad imperiosa de expresarme. Nunca he sentido
esa clase de necesidad de dibujar a todas horas, continuamente, ni de hacer esbozos, etc. No puedo
decirle más. Nunca he notado remordimientos……

CONVERSACIONES CON MARCEL DUCHAMP
Pierre Cabanne

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