viernes, 25 de enero de 2013

CARCERI D'INVENZIONE


Carceri d'inventione, dijo mientras entrábamos en el café a orillas del río para tomar un té, la cárcel imaginaria.
El título y los grabados de Piranesi serán la base de mi libro, las mayores tensiones del espíritu, el espíritu tensio-
nado al límite y luego el libro se vuelve del revés, como un guante, y se revela a sí mismo como la cárcel de la ima-
ginación. El tema me llena de alegría, dijo, de mucha más alegría de la que he sentido por cualquier otro proyec-
to desde que escribí mi primera novela. Por sí sola, dijo, una cárcel, o la mera idea de ella, nos llena de desespera-
ción. Y  lo mismo sucede con la sola imaginación, porque la ausencia de límites entraña siempre melancolía.
Pero pon ambas cosas juntas, como hace Piranesi en su título, y todo se transforma. La imaginación no como li-
bertad sino como restricción. Y al final la sensación de libertad obtenida mediante el acto de encarcelar la imagi-
nación. Una idea sin forma, dijo, es peor que inútil, igual que una forma sin contenido. Solamente cuando ambas 
concurren puede surgir una obra de valor. Y en es título, Carceri d'inventione, dijo, de hecho concurren las dos, lo cual
me hace tener la esperanza de que aquí se encuentra al fin el germen de eso a lo que durante tiempo me he querido
dedicar. Llevo muchísimo tiempo agitando los brazos, dijo, sabiendo qué quiero pero no cómo hacer para conse-
guirlo. Pero ahora, dijo, todo empieza a aclararse. Es un poco como un reloj de arena, dijo, y propuso que tomára-
mos otra taza de té, la arena se va escurriendo lentamente de una parte del reloj a  otra, y mientras una se llena,
la otra se vacía. Con la creación de una obra de arte sucede lo mismo, dijo. La vida pasa del creador, que hasta en-
tonces no ha sabido qué uso darle, a la obra, que crece, se hace fuerte y sigue creciendo, si todo va bien, hasta que
toda la vida que había en el creador ha pasado a la obra. Sin embargo, la paradoja del trabajo creativo, dijo, es que
cuando la obra está acabada es la vida del creador la que se renueva. Es como si solo dando a luz de esta forma pu-
dieras reponerte. Nadie ha explicado este fenómeno de manera satisfactoria, dijo, y no parece que nadie vaya a ha-
cerlo, y en el fondo nosotros tampoco querríamos que alguien lo hiciera. Pero todos los creadores saben de qué ha-
blo, y pueden dar fe de la verdad de cuanto acabo de decir. Y no es cuando la obra está acabada que el creador si-
ente que recobra una nueva vida, sino mientras trabaja en ella, en la obra, cuando la arena pasa de él a la obra, que
se siente repuesto y lleno. Sin la posibilidad de dar de esta manera no podríamos recibir. Cuanto es vuestro para dar,
no os lo podéis reservar, hace decir Shakespeare a uno de sus personajes. Habla del amor y de placeres sexuales, pe-
ro lo que dice vale también para la creación artística. Porque la dialéctica de vivir y reservar, de retener y perder, de
vivir y ganar, se aplica a todos los aspectos de la vida. Carceri d'inventione, dijo mientras examinaba el culo de su vaso de 
plástico, he ahí la chispa que he estado buscando tanto tiempo.

MOO PAK
GABRIEL JOSIPOVICI
CÓMPLICES EDITORIAL

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