.....Pero véase la fábula de La zorra y las uvas que La Fontaine hace caber en ocho versos.
Está allí en plena página.El racimo está hinchado como la rana de otra fábula para excitar las ganas de la zorra.
Pero la zorra chagalliana sabe cuán largas son las diagonales en el formato de un gran libro,
y se queda tranquilamente en su sitio.
¿No tiene algo de rojo en la punta del hocico y en la cara esa llama que se aprecia en la nariz de un buen viñador?
Ni el vino de toda la parra agregaría ningún matiz más.
La zorra de Chagall está ebria de la alegría del desdén.
Sí; como La Fontaine, Chagall sabe que ello vale " más que lamentarse".
En lo cual una vez más la moraleja se hace por sí sola, con líneas y colores.
El ojo penetrante de Chagall ha "oido" todo el diálogo entre el animal y el fruto.
(EL DERECHO DE SOÑAR.-Gaston Bachelar)
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